¿Qué es el Aborto?
La Medicina
entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el período
no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna
posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en período
viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto
si el feto sobrevive como si muere. En el lenguaje corriente, aborto es la
muerte del feto por su expulsión, natural o provocada, en cualquier momento de
su vida intrauterino.
Clases de Aborto
El aborto
puede ser espontáneo o provocado. El espontáneo se produce o bien porque surge
la muerte intrauterina-mente, o bien porque causas diversas motivan la expulsión
del nuevo ser al exterior, donde fallece dada su falta de capacidad para vivir
fuera del vientre de su madre. Si el aborto es provocado, se realiza o bien
matando al hijo en el seno materno o bien forzando artificialmente su expulsión
para que muera en el exterior.
En
ocasiones se actúa sobre embarazos de hijos viables, matándolos en el interior
de la madre o procurando su muerte después de nacer vivos. Esto no es,
médica mente hablando, un aborto, y de hecho muchas legislaciones que se
consideran permisivas en la tolerancia del aborto lo prohíben expresamente,
porque lo incluyen en la figura del infanticidio. Pero no ocurre así en otros
casos, como por ejemplo en España, donde el Código Penal no tiene en cuenta la
viabilidad del feto para que se dé el delito de aborto, y, en contrapartida, se
puede matar en algunos casos a fetos viables sin recibir ningún castigo penal,
al amparo de la legislación vigente precisamente en materia de aborto. Por eso
utilizaremos en estas páginas la definición de aborto según el lenguaje
corriente, de modo que la muerte provocada de un feto viable también será
considerada como aborto.
Por envenenamiento salino
Se extrae el líquido amniótico dentro de la bolsa que protege al bebé. Se
introduce una larga aguja a través del abdomen de la madre, hasta la bolsa
amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El bebé
ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por
envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Esta
solución salina produce quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más
tarde, la madre comienza "el parto" y da a luz un bebé muerto o
moribundo, muchas veces en movimiento. Este método se utiliza después de las 16
semanas de embarazo.
- Por Succión
Se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una fuerte
succión (28 veces más fuerte que la de una aspiradora casera) despedaza el
cuerpo del bebé que se está desarrollando, así como la placenta y absorbe
"el producto del embarazo" (ósea, el bebé), depositándolo después en
un balde. El abortista introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que
suele no salir por el tubo de succión. Algunas veces las partes más pequeñas
del cuerpo del bebé pueden identificarse. Casi el 95% de los abortos en los
países desarrollados se realizan de esta forma.
Por Dilatación y Cure taje
En este método se utiliza una cureta o cuchillo provisto de una cucharilla
filosa en la punta con la cual se va cortando al bebé en pedazos con el fin de
facilitar su extracción por el cuello de la matriz. Durante el segundo y el
tercer trimestre del embarazo el bebé es ya demasiado grande para extraerlo por
succión; entonces se utiliza el método llamado por dilatación y curetaje. La
cureta se emplea para desmembrar al bebé, sacándose luego en pedazos con ayuda
de los forceps. Este método está convirtiéndose en el más usual.
- Por "D & X" a las 32 semanas
Este es el método más espantoso de todos, también es conocido comonacimiento
parcial. Suele
hacerse cuando el bebé se encuentra muy próximo de su nacimiento Después de
haber dilatado el cuello uterino durante tres días y guiándose por la ecografía,
el abortista introduce unas pinzas y agarra con ellas una piernecita, después
la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del bebé. así
extrae parcialmente el cuerpo del bebé, como si éste fuera nacer, salvo que
deja la cabeza dentro del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser
extraída intacta; el abortista, entierra unas tijeras en la base del cráneo del
bebé que está vivo, y las abre para ampliar el orificio. Entonces inserta un
catéter y extrae el cerebro mediante succión. Este procedimiento hace que el
bebé muera y que su cabeza se desplome. A continuación extrae a la criatura y
le corta la placenta.
- Por Operación Cesárea
Este método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta
el cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al niño extraído se le deja
morir. La cesárea no tiene el objeto de salvar al bebé sino de matarlo.
- Mediante Prostaglandinas
Este fármaco provoca un parto prematuro durante cualquier etapa del embarazo.
Se usa para llevar a cabo el aborto a la mitad del embarazo y en las últimas
etapas de éste. Su principal "complicación" es que el bebé a veces
sale vivo. También puede causarle graves daños a la madre. Recientemente las
prostaglandinas se han usado con la RU-486 para aumentar la
"efectividad" de éstas.
- RU-486
Se trata de una fármaco abortivo empleado conjuntamente con una prostaglandina,
que es eficiente si se la emplea entre la primera y la tercera semana después de
faltarle la primera menstruación a la madre. Actúa matando de hambre al
diminuto bebé, al privarlo de un elemento vital, la hormona progesterona. El
aborto se produce luego de varios días de dolorosas contracciones.
Efectos físicos del aborto
Las primeras
causas de muerte en relación con el aborto son hemorragia, infección, embolia,
anestesia, y embarazos ectópicos sin diagnosticar [undiagnosed ]. El aborto legal constituye la
quinta causa de muerte de gestantes en los EE. UU, aunque de hecho se sabe que
la mayoría de muertes relacionadas con el aborto no son registradas
oficialmente como tales.(2)
El riesgo de
cáncer de mama casi se dobla después de un aborto e incluso se incrementa aún
más con dos o más abortos.(3)
Entre un 2 y
un 3 % de las pacientes de aborto pueden sufrir perforación del útero; es más,
la mayoría de estas lesiones quedarán sin ser diagnosticadas ni tratadas a no
ser que realice una visualización mediante laparoscopia. (5) Esta clase de
examen puede resultar útil cuando se inicia un proceso judicial por negligencia
en la práctica del aborto. El riesgo de perforación uterina se incrementa para las
mujeres que ya han tenido hijos y para las que reciben anestesia general
durante la realización del aborto.(6) El daño en el útero puede complicarse en
ulteriores embarazos y eventualmente puede acarrear problemas que requieran una
histerectomía, lo que de por sí puede conllevar diversas complicaciones
adicionales y lesiones que incluyen la osteoporosis.
En al menos
un uno por ciento de abortos realizados en el primer trimestre se producen
importantes desgarros cervicales que requieren sutura. Las laceraciones de
menor envergadura o las micro-fracturas, que normalmente no son tratadas,
pueden también a la larga perjudicar la función reproductiva. La lesión latente
post-aborto puede abocar a una posterior incompetencia cervical [ subsequent cervical incompetence ], parto prematuro y
complicaciones durante el parto. El riesgo de lesión cervical es mayor en
adolescentes, para abortos realizados en el segundo trimestre, y cuando los
facultativos no usan laminaria (sic) para dilatar el cuello
uterino.(7)
El aborto
incrementa el riesgo de placenta
previa en ulteriores
embarazos (una circunstancia que pone en peligro tanto la vida de la madre como
su embarazo deseado), en una escala de entre siete y quince. El desarrollo
anormal de la placenta debido a lesión uterina aumenta el riesgo de
malformación fetal, muerte perinatal y efusión excesiva de sangre durante el
parto. (8)
El aborto se asocia
con lesiones cervicales y uterinas que pueden incrementar el riesgo de parto
prematuro, complicaciones en el parto y desarrollo anormal de la placenta en
posteriores embarazos. Estas complicaciones reproductivas constituyen las
causas principales de las minusvalías en recién nacidos. (9)
EMBARAZO
ECTÓPICO:
El aborto
está relacionado de forma importante con un riesgo añadido de embarazos
ectópicos posteriores. Los embarazos ectópicos, a su vez, amenazan la vida y
pueden llevar a un descenso en la fertilidad. (10)
Se trata de
una enfermedad que puede poner en peligro la vida y conllevar un riesgo añadido
de embarazo ectópico y reducción de fertilidad. De entre las pacientes que tienen
una infección por clamidia [ a
chlamydia infection ] en el
momento del aborto, un 23 % desarrollará PID en cuatro semanas. Algunos estudios
han arrojado que entre un 20 y un 27 % de pacientes que abortan sufren una
infección por clamidia. Aproximadamente un 5 % de pacientes que no han sido
infectados por clamidia desarollan PID dentro de las 4 semanas posteriores
a un aborto realizado durante el primer trimestre. Es por tanto razonable
suponer que cuantos practican abortos previenen y tratan tales infecciones
antes del aborto. (11)
La
endometritis representa un riesgo post-aborto para todas las mujeres, pero en
especial para las adolescentes, las cuales tienen una probabilidad 2.5 veces
mayor de contraer endometritis después de un aborto que las mujeres con edades
entre 20 y 29 años. (12)
Alrededor de
un 10 % de mujeres que se someten a un aborto provocado sufrirán complicaciones
inmediatas, de las cuales aproximadamente un quinto (2 %) tienen la
consideración de riesgo mortal. Las nueve grandes complicaciones más comunes
que pueden darse durante la práctica del aborto son: infección, efusión
excesiva de sangre, embolia, desgarro o perforación del útero, complicaciones
de la anestesia, convulsiones, hemorragia, lesión cervical y "shock"
endotóxico. Las complicaciones 'menores' más comunes incluyen: infeccion,
efusión de sangre, fiebre, quemaduras de segundo grado [ second degree burns ], dolor abdominal crónico,
vómitos, problemas gastro-intestinales, y sensibilización del Rh [ Rh sensitization ]. (13)
En general,
la mayoría de los estudios arriba citados reflejan factores de riesgo para
mujeres que se han sometido a un solo aborto. Estos mismos estudios muestran
que las mujeres que tienen abortos múltiples encaran un riesgo mucho mayor de
sufrir tales complicaciones. Este punto es especialmente digno de ser
mencionado desde el punto y hora en que alrededor de un 45 % de todos los
abortos se practican en mujeres que ya habían abortado antes.
Las
adolescentes, que suponen aproximadamente un 30 por ciento de las mujeres que
abortan, se exponen a un riesgo mucho más alto de sufrir numerosas
complicaciones relacionadas con el aborto. Esto reza tanto para las
complicaciones inmediatas como para los perjuicios reproductivos a largo plazo.
(14)
En un estudio
realizado sobre 1.428 mujeres, los investigadores descubrieron que los
embarazos malogrados y en particular los debidos a aborto provocado se
asociaban de manera significativa a una salud general más deficiente. Los
abortos múltiples correspondían a una valoración todavía peor de la salud presente. Mientras que la
interrupción del embarazo por causas naturales iba en detrimento de la salud,
el aborto provocado resultó estar más estrechamente relacionado con una salud
deficiente. Tales hallazgos confirman investigaciones anteriores que arrojaban
que durante el año siguiente a un aborto las mujeres visitaban a su médico de
cabecera un 80 % más por toda clase de razones y un 180 % más por razones psico-sociales.
Los autores también se encontraron con que si hay un compañero presente y que
no presta apoyo [not supportive], el porcentaje de aborto natural se
eleva a más del doble y el de aborto provocado es cuatro veces mayor que si él
está presente y apoyando. Si el compañero está ausente, el porcentaje de aborto
provocado es seis veces mayor. (15)
El aborto
está en buena medida ligado a cambios de conducta tales como promiscuidad,
tabaquismo, abuso de las drogas y desórdenes alimenticios que en conjunto
contribuyen a incrementar los riesgos de padecer problemas de salud. Por
ejemplo, la promiscuidad y el aborto están ambos relacionados con un aumento de
las tasas de PID y embarazos ectópicos. Cuál de los dos
contribuye más es algo todavía incierto, pero deslindarlo puede ser irrelevante
si la promiscuidad es de por sí una reacción al trauma post-aborto o a la
pérdida de autoestima.
Efectos
sicológicos
• NECESIDAD
DE TRATAMIENTO PSICOLÓGICO:
En un estudio
realizado sobre pacientes post-aborto a sólo 8 semanas de haber abortado, los
investigadores hallaron que el 44 % se quejaba de trastornos nerviosos, el 36 %
había sufrido alteraciones del sueño, el 31 % tenía arrepentimientos por la
decisión tomada y al 11 % le habían sido prescritos fármacos psicotrópicos por
su médico de cabecera. (2) Un estudio retrospectivo que abarcaba un período de
cinco años en dos provincias canadienses detectó que el recurso a los servicios
médicos y psiquiátricos era sensiblemente mayor entre mujeres que habían
abortado. Lo más revelador fue la conclusión a la que se llegó, según la cual
el 25 % de mujeres que habían abortado visitaban a los psiquiatras frente al 3
% del grupo de control [ 3 % of the control group ]. (3) Las mujeres que han
abortado tienen bastantes más probabilidades que otras de requerir el ingreso
posterior en un hospital psiquiátrico. Adolescentes, mujeres separadas o
divorciadas, y aquéllas en cuya historia clínica figura más de un aborto encaran
un riesgo especialmente alto. (4)
Puesto que
muchas mujeres tras un aborto recurren a la represión como mecanismo de defensa
[ as a coping mechanism ], puede darse un largo período de negación antes de
que una mujer requiera tratamiento psiquiátrico. Estos sentimientos reprimidos
son susceptibles de causar afecciones psicosomáticas y psiquiátricas o de
conducta en otras facetas de la vida de la mujer. En consecuencia, algunos
asesores [counselors; al parecer, se refiere a ciertos peritos de los procesos judiciales
norteamericanos] informan del hecho de que la angustia [ distress ] por un
aborto que no se quiere reconocer es lo que en realidad subyace en muchas de
sus pacientes, incluso aunque se hayan dirigido a ellos en demanda de terapias
para problemas que aparentemente nada tienen que ver con ello. (5)
• TRASTORNOS
POR ESTRÉS POST-TRAUMÁTICO (en inglés PTSD o PAS):
Un importante
muestreo concluyó que al menos un 19 % de mujeres que han abortado padecen
trastornos por estrés post-traumático (PTSD). Aproximadamente la mitad
presentaba muchos de los síntomas de PTSD, aunque no todos, y entre un 20 y un
40 por ciento mostraban niveles de estrés que fluctuaban entre moderados y
altos, así como conducta evasiva respecto a sus experiencias abortivas. (6)
Puesto que nos hallamos ante una alteración grave que puede estar presente en
muchas demandantes, y que no es fácilmente comprendida fuera de la profesión de
asesor, el siguiente resumen será más completo que otros apartados de esta
sección. El PTSD es una disfunción psicológica producto de una experiencia
traumática que anula los mecanismos normales de defensa de una persona,
derivando en miedo intenso, sensación de desvalimiento o de estar atrapado, o
en pérdida del control. El riesgo de que una experiencia resulte traumática se
incrementa cuando el hecho traumatizante es percibido como susceptible de
conllevar amenazas de lesión física, violación sexual o presencia personal o
participación en una muerte violenta. Se da el PTSD cuando el hecho traumático
produce la hiperexcitabilidad [ hyperarousal ] de los mecanismos de defensa de
vuelo o lucha [ flight or fight ]. Tal hiperexcitación provoca que estos
mecanismos de defensa se desorganicen, desconectados de las circunstancias
presentes, y empiecen a funciona por su cuenta, dando lugar a una conducta
anormal y a graves transtornos de la personalidad. A guisa de ejemplo de esta
deconexión de funciones mentales, puede ocurrir que alguna víctima de PTSD
experimente una intensa emoción, pero sin clara memoria del hecho; otros pueden
recordar cada detalle pero sin emoción; otros incluso pueden revivir tanto el
hecho como las emociones en furtivas y abrumadoras experiencias de flashback.
(7)
Las mujeres
pueden interiorizar el aborto como una experiencia traumática por varias
razones. En muchos casos llegan a él forzadas por maridos, novios, padres u
otros. Si la mujer ha sido victima en repetidas ocasiones de abuso de posición
dominante, el aborto forzado puede ser percibido como la violación definitiva
en el curso de una vida marcada por el abuso.
• REFUERZO
DEL HÁBITO DE FUMAR CON LOS CORRESPONDIENTES EFECTOS NEGATIVOS PARA LA SALUD:
El estrés
post-aborto se vincula con una acentuación del tabaquismo. Las mujeres que
abortan tienen el doble de probabilidades de convertirse en grandes fumadoras y
de sufrir los correspondientes riesgos sobre la salud. (14) Las mujeres que han
abortado tienen también mayor probabilidad de continuar fumando durante los
posteriores embarazos deseados, con el riesgo añadido de muerte neonatal o
anomalías congénitas. (15)
• ABUSO DEL
ALCOHOL:
El aborto se
vincula de forma significativa con un riesgo doblemente añadido de abuso del
alcohol entre las mujeres. (16) El aborto seguido de abuso del alcohol se
vincula con conductas violentas, divorcio o separacion, accidentes de tráfico,
y pérdida del puesto de trabajo. (17) (ver
también New Study Confirms Link Between Abortion and Substance Abuse)
• ABUSO DE
LAS DROGAS:
El aborto se
halla significativamente ligado a abuso posterior de las drogas. Además de los
costes psico-sociales que supone tal abuso, la adicción las drogas se vincula
con riesgo incrementado de contraer infecciones por VIH/SIDA, malformaciones
congénitas y conducta agresiva. (18)
• DESÓRDENES
ALIMENTICIOS:
Para algunas
mujeres al menos, el estrés post-aborto se asocia con desórdenes en la
ingestión de alimentos tales como comer compulsivamente [ binge eating ],
bulimia, y anorexia nerviosa. (19)
• DESCUIDO DE
LOS NIÑOS O CONDUCTA ABUSIVA HACIA ELLOS:
El aborto se
vincula con mayores niveles de depresión, conducta violenta, abuso del alcohol
y de las drogas, embarazos 'de sustitución o reemplazo', y relajación de los
lazos que unen a las madres con los hijos habidos posteriormente. Estos
factores se asocian estrechamente con el trato abusivo hacia los niños y
parecen confirmar particulares valoraciones clínicas que vinculan el trauma
post-aborto con abuso infantil subsiguiente. (20)
• DIVORCIO Y
PROBLEMAS CRÓNICOS DE RELACIÓN:
Para la mayor
parte de las parejas, un aborto crea problemas imprevistos en su relación. Las
parejas que han recurrido al aborto están más expuestas a divorciarse o a
separarse. Muchas mujeres que abortan desarrollan una mayor dificultad para
establecer lazos duraderos con un compañero. Esto puede deberse a que el aborto
se relaciona con reacciones tales como baja autoestima, mayor desconfianza
hacia los hombres, disfunción sexual, abuso de substancias y niveles
incrementados de depresión, ansiedad y cólera pasajera [ volatile anger ]. Las
mujeres que se han sometido a más de un aborto (que representan alrededor del
45 % de todos los abortos) tienen mayor probablidad de requerir ayudas
públicas, en parte porque también tienen más probabilidades de acabar
constituyendo familias monoparentales. (21)
• ABORTOS DE REPETICIÓN
( repeat abortions ):
Las mujeres a
las que les ha sido practicado un aborto arrostran un riesgo añadido de volver
a abortar en el futuro. Las mujeres que cuentan con una experiencia abortiva
anterior tienen una probabilidad cuatro veces mayor de volver a interrumpir
voluntariamente su embarazo que aquéllas que no tienen historia abortiva
previa. (22)
Este riesgo
incrementado se asocia con el aborto anterior por la baja autoestima, un
consciente o inconsciente deseo de llevar a cabo un embarazo 'de sustitición',
y una mayor actividad sexual post-aborto. Los abortos posteriores pueden
producirse por culpa de deseos conflictivos de quedar embarazada y tener un
hijo y presiones continuas en favor del aborto, como puede ser el abandono por
parte del nuevo compañero. En los abortos de repetición se da cuenta también de
cierta clase de auto-punición. (23)
Aproximadamente
un 45 % de todos los abortos son ahora abortos de repetición. El riesgo de caer
en un patrón de aborto de repetición debería ser comentado con la paciente a la
vista de su primer aborto. Es más, puesto que las mujeres a las que se les ha
practicado más de un aborto se exponen a un importante riesgo añadido de sufrir
secuelas físicas y psíquicas, tales riesgos cualificados deberían ser ampliamente
comentados con las mujeres que optan por abortar.
El aborto es una manera de
terminar un embarazo. Algunas veces, un embrión o feto deja de desarrollarse
y el cuerpo lo expulsa naturalmente, lo que se conoce como un aborto
espontáneo. Una mujer también puede elegir poner fin a un embarazo mediante
un aborto inducido. Para esto existen dos métodos: el aborto quirúrgico y el
aborto médico. En ambos métodos debe haber supervisión médica y la
comprobación de un embarazo. El término del embarazo es usualmente medido
desde el primer día de la última menstruación.
Aborto
quirúrgico
Es uno de los procedimientos
médicos más seguros que existen y en la mayoría de las veces se realiza de
forma ambulatoria con anestesia local, dura aproximadamente de 7 a 10
minutos. Existen varios procedimientos que pueden ser utilizados. Entre los
más conocidos se encuentran el de aspiración manual, dilatación y succión con
curetaje y dilatación y evacuación.
Aspiración
manual - Se utiliza
para abortos en una etapa temprana, entre 4 a 10 semanas. Mediante este
procedimiento se vacía el útero con una jeringa manual a través de una
succión suave.
Dilatación
y succión con curetaje (D&C) - En este procedimiento se vacía el útero suavemente con una
maquina de succión y se utiliza una cureta (herramienta de metal delgada)
para limpiar las paredes del útero.
Dilatación
y evacuación (D&E) - Se realiza
cuando el embarazo supera las 14 semanas y menor de las 23 semanas de
gestación. Este procedimiento puede tomar entre 10 a 30 minutos.
Aborto
Médico
Se refiere al uso de un
medicamento o una combinación de medicamentos que se administran vía oral,
vaginal y/o intramuscular. Esto es un proceso paulatino que puede durar hasta
14 días. El aborto médico más común se realiza utilizando misoprostol,
medicamento que causa que el útero se contraiga y se vacíe. Cuando el medicamento
se emplea hasta 9 semanas después de la última menstruación, tiene una
efectividad entre 85 y 90 %. Esta alternativa solamente se puede utilizar
bajo la supervisión médica.
Cuidado
posterior
El cuidado posterior a un aborto
es de gran importancia para la salud sexual y reproductiva de la mujer. Se
requiere de un período de observación donde:
Tenga una visita de seguimiento
con el/la profesional de la salud que la atendió en las subsiguientes dos
semanas. Es fundamental evaluar su recuperación y orientación en
planificación familiar
PARA MAS INFORMACION IR A LAS SIGUIENTES PAGINAS https://www.aciprensa.com/aborto/
https://es.wikipedia.org/wiki/Aborto
www.abortos.com/tipos_aborto.htm
www.monografias.com › Derecho
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que buena informacion
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